Todo lo ocurrido es una carga que, al igual que Sísifo, arrastramos hasta el desenlace de nuestras vidas, un peso del que es imposible desprenderse, estoy de acuerdo con Camus, la absurdidad de la vida es tan inmensa e importante, que hay que asumirla y desearla. Adoptar lo absurdo es reparador, abandonar la fe es sano, mantener el equilibrio de las luces y las sombras es lo correcto, Abandonar toda esperanza de eludirla es la fortaleza del guerrero que se enfrenta a las sombras agazapadas tras los reflejos del espejo.
Las armas con las que cuento para combatir las angustias que me fueron asignadas al nacer, son: el continuo manar de mis ideas, y el acto de escribirlas, al escribir mis temores y deseos, me perpetúo, no muero.
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