Para rebuscar entre los recuerdos, la condición indispensable es ser valiente y por añadidura sincero, no se pueden desempolvar las vivencias enterradas del pasado si no se está dispuesto a enfrentar los fantasmas que procuraran hacernos desistir de nuestro propósito encubriendo las secuencias de nuestras vidas; hay que ser valiente para despojar los recuerdos de los velos que cubren las heridas causadas por los demás, y las que infligimos a los otros. La crudeza de nuestras miserias son el ácido que corroe el alma. Procuramos a toda costa evitar el dolor de nuestros pensamientos y acciones pasadas. Para encontrar lo bello, lo gozoso es preciso hurgar y apartar los desechos del vertedero de nuestras almas, para así recuperar lo valioso que yace enterrado, cubierto por las decepciones y las angustias e ilusiones abortadas por nuestras cobardías.
Los Recuerdos
Paco Albiac
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